Clínica Psintegra
30 de nov de 20203 min.
Experimentar ansiedad de forma ocasional no es necesariamente algo negativo. Nos indica que le damos valor a aquello que nos produce esa sensación, nos prepara para actuar y nos permite explorar diferentes opciones para solventar aquello en lo que andamos inmersos.
Sin embargo, cuando estas sensaciones se producen continuamente, sin motivo aparente, y comienza a interferir notablemente en el funcionamiento diario, es cuando debemos comenzar a analizar qué está ocurriendo.
La ansiedad puede ser generalizada (sin estímulo o causa aparente), a situaciones sociales, a la separación, o adoptar la forma de fobias específicas y agorafobia, o mediante el trastorno de pánico, o debido a una sustancia o una enfermedad, etc.
Asimismo, la ansiedad puede comenzar a raíz o consecuencia de otra enfermedad o darse conjuntamente a otras patologías, como la depresión, por ejemplo. Las personas que tienen alguna enfermedad orgánicas (reconocida o no) también pueden estar experimentando ansiedad por la interferencia que producido o como síntoma propio de la enfermedad; tal y como ocurre por ejemplo en los procesos oncológicos.
Indagar sobre qué cuestiones pueden estar ocasionando esta respuesta nos ayudará a enfocar el tratamiento más adecuado.
Aunque a veces la ansiedad es desbordante y requiere de tratamientos farmacológicos complementarios, no conviene tomar medicación sin estar actuando en la raíz del problema, pues caemos en el riesgo de crear dependencia a la mediación sin crear estrategias propias que puedan ayudar a combatirlo. Además, la terapia psicológica nos ayuda a prepararnos para las situaciones ansiógenas, de manera que nos ayuda a consolidar estrategias y herramientas que nos ayuda a reducirla.
Como ya hemos comentado, existen varios subtipos dentro de la ansiedad, aunque algunas manifestaciones sintomatológicas pueden ser comunes. Así, las características principales que pueden ayudarnos a reconocerlo son las siguientes:
Sensación de debilidad o cansancio
Sensación de peligro o de pérdida de control de la situación
Sudoración, ritmo cardiaco acelerado
Problemas de sueño
Molestias gastrointestinales
Dolores de cabeza persistentes o jaquecas
Evitación de situaciones que generan ansiedad
Preocupaciones recurrentes que interfieren en el funcionamiento diario y son difíciles de evitar
Otros
La actual situación sanitaria ha elevado considerablemente los niveles de ansiedad en la población. Estudios recientes indican que uno de cada cinco (19.6%) personas residentes en el Estado Español presenta síntomas clínicamente significativos de ansiedad, siendo la sintomatología más prevalente en mujeres (26,8%). Sorprendentemente, los grupos de edad con mayores niveles de ansiedad corresponden a población joven entre 18 y 24 años. A su vez, los investigadores/as han concluido que aquellas personas con problemas psicológicos duplican la probabilidad de experimentar ansiedad.
Por esto, si observas alguno de estos síntomas, ya sean producidos por la pandemia o por otros factores, es importante que podamos contar con ayuda profesional.
Maté, J., Hollenstein, M. F., & Gil, F. (2004). Insomnio, ansiedad y depresión en el paciente oncológico. Psicooncología, 1(2-3), 211-30.
Valiente, C., Vázquez, C., Peinado, V., Contreras, A., Trucharte, A., Bentall, R., & Martínez, A. (2020). VIDA-COVID-19. Estudio nacional representativo de las respuestas de los ciudadanos de España ante la crisis de Covid-19: respuestas psicológicas. Resultados preliminares. Síntomas de ansiedad, depresión y estrés postraumático ante el COVID-19: prevalencia y predictores (Informe técnico 2.0. 02/05/2020). Universidad Complutense de Madrid y Universidad de Sheffield.
Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social (2018). Encuesta nacional de salud. España 2017
Retomado de Psicología y Mente