Escrito por: Adela Zayas, psicóloga y terapeuta
El duelo es una vivencia subjetiva que aparece tras alguna pérdida y proviene del latín dolos que significa dolor. El duelo ha estado muy asociado a la muerte y pérdida física de una persona cercana a nuestra vida. Sin embargo, vivimos proceso de duelos más frecuentemente de lo que creemos. Realmente lo podemos llegar a experimentar cotidianamente.
Todos y todas experimentamos pérdidas, más o menos, regularmente. Podemos perder una pareja por un rompimiento amoroso, un empleo por despido, una amistad, una mascota, la salud, perdemos el tiempo y hasta el dinero. Ante esto, es fundamental comprender que el duelo es un proceso en movimiento, con cambios y múltiples posibilidades de expresión y no como un estado estático con límites rígidos. Según González (2007), el duelo, es un estado en el que el individuo transmite o experimenta una respuesta humana natural que implica reacciones psicosociales y psicológicas a una pérdida real o subjetiva. Elizabeth Kubler-Ross (1969), enlista algunas reacciones y describe 5 etapas durante el proceso de duelo, estas son:
Etapa 1 – La negación: La negación consiste en el rechazo consciente o inconsciente de los hechos o la realidad de la situación. Este mecanismo de defensa busca amortiguar el dolor que produce la nueva realidad para sólo dejar entrar en nosotros las emociones que estamos preparados para soportar. Se trata de una respuesta temporal que nos paraliza y nos hace escondernos de los hechos
Etapa 2 – La ira: usualmente se buscan razones causales y culpabilidad por la pérdida vivida, escondiendo el dolor a través del enojo. El cual puede ser dirigido a un ser querido fallecido, a nosotros mismos, a amigos, familiares, objetos inanimados e inclusive a personas extrañas.
Etapa 3 – La negociación: durante esta etapa se suele negociar consigo mismo o con el entorno, entendiendo los pros y contras de la pérdida. Se intenta buscar una solución a la pérdida a pesar de conocerse la imposibilidad de que suceda.
Etapa 4 – La depresión: se comienza a comprender la certeza de la muerte, pudieron experimentar episodios depresivos que deberían ceder con el tiempo. En esta etapa la atención se vuelve al presente surgiendo sentimientos de vacío y profundo dolor.
Etapa 5 – La aceptación: Se asume que la pérdida es inevitable. Supone un cambio de visión de la situación sin la pérdida; permitiéndonos una oportunidad de vivir a pesar de la ausencia del ser querido.
La autora expresa que estas etapas son herramientas que nos ayudan a plantear e identificar lo que podamos estar sintiendo. Pero no deben ser interpretadas como paradas estáticas en la línea del tiempo del dolor. No podemos perder de vista que las personas somos seres únicos, no todas pasan por estas etapas de la misma manera, ni con la misma intensidad o duración, quizá nos encontremos en una etapa y regresemos constantemente a otra. Lo cual es totalmente válido, pues forma parte de cada proceso individual.
Reconocer que cada uno de nosotros puede experimentar pérdidas, en diferentes niveles, constantemente, nos ayuda a reconocer diversas vivencias internas ante dichas situaciones. Algo importante de recordar es que el duelo es una respuesta psicológica automática, que todos experimentamos, ante alguna pérdida; sin embargo, su resolución no lo es. Solo focalizando intencionalmente la atención a nuestro mundo interno podemos lograr reconocer, trabajar, aceptar y cerrar diferentes ciclos. El duelo debe ser elaborado, porque al trabajar las emociones, sentimientos y pensamientos que produjo una pérdida se puede aliviar el dolor y la tristeza experimentada. Pero, si el duelo no es elaborado, el proceso puede permanecer abiertos, sin resolución, aún mucho tiempo después de la pérdida (pues el duelo no tiene un tiempo determinado de duración). Lo cual puede generar consecuencias a nivel personal, familiar y hasta social.
Muchas veces, dependiendo de la intensidad de las vivencias emocionales por la pérdida, podemos hacer una elaboración de nuestros procesos de duelo, sin ningún apoyo psicológico. Sin embargo, existen otras circunstancias donde la ayuda de un profesional en salud mental llega a ser necesaria para la recuperación de nuestro balance emocional. Si has experimentado o estás experimentando una pérdida dolorosa puedes acercarte a nuestro directorio virtual PSIntegra y buscar profesionales especializados en el cuido de tu mundo interior.
Comentarios